Mara, antes de marcharte de Yehudit N. Romero nos presenta a dos mujeres, madre e hija, que se sobreponen a la adversidad resultante de una relación fracturada desde mucho antes del comienzo. Es una novela que va más allá de la mera exposición filosófica de que lo nuevo niega a lo viejo. Representa una cultura donde la mujer aún continúa ocupando un papel relegado en la sociedad por más brillante que esta sea.
La transformación de ambos personajes permitirá ver al lector la magnificencia de los valores y de los sentimientos humanos; y la maduración del carácter de ambos, en particular de Elizabeth, la madre, quien nos sorprende por el derroche de amor hacia su hija y por la humildad con que enfrentará su proceso de cambio. Por su parte, Mara es un espíritu renovado y renovador que se caracteriza por su fortaleza interna, por el modo en que es capaz de batallar contra los sinsabores de su existencia, una existencia marcada por el dolor que le provocan los recuerdos de su infancia en los que ella no quiere pensar y sobre los que no habla ni cuenta a nadie, pero que se hacen omnipresentes en cada uno de sus actos; regidos por el abandono de la madre.
Yehudit N. Romero con maestría acerca al lector al mundo de estas dos mujeres, y no solo a la relación difícil que se da entre ellas sino también al vínculo de amistad que ellas van a cultivar y casi a destruir con otros personajes, como es lo que ocurre entre Mara y Danna. La amistad que surge entre ellas lo vence todo, incluso a la muerte porque es un sentimiento genuino, basado probablemente en lo que ambas pierden desde el momento de su nacimiento y que es el calor maternal, en la primera hecho piedra, en la segunda como consecuencia de la desaparición física de la madre. Danna es un ser de luz, capaz de convertir en oro todo lo que con sus manos toca; y Mara, bueno, Mara necesita de esa luz aun cuando no se diga.
No falta aquí, el amor en todas sus manifestaciones, el agraviado, el concedido, el sufrido. No falta. Diríamos que es un personaje más que nos acecha; y nos hará sufrir y repensar la manera en que vivimos nuestras propias relaciones. Y acompañando ese sentimiento el perdón. El arrepentimiento. Esto es algo muy bien logrado en la novela. La autora consigue armar cada pieza y recomponer el alma de los personajes al tiempo que irá abrazando el alma del lector.
Romero trata también entre otros el tema del suicidio, del aborto, y de la relación de pareja. Las complejidades del mundo moderno, el poder del dinero, de la riqueza. Es evidente que sin dinero Mara no podrá salir de las calles, del olor nauseabundo de sus espacios oscuros y promiscuos; peligrosos, aun cuando exista más de una persona que le tienda su mano y le haga sobrellevar el momento. Es evidente, asimismo, que a pesar de toda la fortuna de Elizabeth Palacios y de sus éxitos como profesional ella está vacía, deshecha.
En esta obra está México con sus colores y sabores porque a pesar de que la protagonista nos hará recorrer con ella diferentes países y latitudes, México pervive en ella. El olor a salitre del puerto y ciudad más grande del estado de Guerrero, Acapulco permeará la lectura con la maravilla de un país que está en el mismo corazón de sus gentes, de los que con su perseverancia logran y sueñan con un México mejor.